Se consumía el cigarrillo en tu mano, y no quitabas la mirada de mi cara. Examinas todo y no dudas en hacerlo. Vi consumir la nostalgia desde tu puesto, y yo lo sentí desde el mío.
"Estamos solos, no hay nadie a pesar de la multitud", lo dijiste mirando el techo de la micro, en tono bajo, casi imperceptible; yo me preocupé de leer tus labios tenues o quizás de seguir tu crack mental.
Tú sentado allí, junto a la ventana, mirando de reojo, yo parada esperando que la luz de alguien o la suerte de alguno me llegue y me pueda sentar. Y en esta cuarta parada, tu asiento lateral se comenzó a enfriar cuando roce mi hombro izquierdo con el tuyo y el bus siguió su curso. Te quiero hablar, deseo hablar, necesito hablar, requiero contarme una historia banal sólo para que me escuches y me prestes un poco de atención. Te lo quiero respirar, y en aire aquí va:
"La otra vez recorrí en mi pieza los rincones de mi pared, buscaba quizás un reflejo opaco o la sombra de alguien que quizás no quise ver. Busque en le primero, y la ventana me daba su brillo. Seguí en la segunda punta y la sombra de mi cama lo tapaba todo, no tenía como llegar.
En el tercer punto, había una puerta bicolor que permanecía un poco junta para que pocos entraran, mi habitación es un lugar intimo... Sabes a que me refiero.
Cuando llegué al cuarto rincón, había libros desde la pared observándome y esperando que los tomara una vez más. Allí estaba una telaraña vieja, de historia, se veía triste, tan sola como nosotros en este bus. No quería remover nada, porque me daba miedo dañar a la pobre arañita que construyó eso. Me daba miedo porque quizás no sabía como quitarla, pero sentía la necesidad de moverla de allí, de arrancarla de raíz y que por un momento ese rincón quedara relativamente limpio, sé que al final igual se ensucia. Necesito limpiar ese rincón.
Con mucha delicadeza comencé de un extremo a remover lentamente si forzar a su destrucción. Así poco a poco limpiando, y viendo una nueva sombra. Cuando la telaraña había desaparecido vi en la sombra, tu cara. Me volteé y te vi aparecer diciéndome, por fin nuestro rincón secreto está limpio para hacer nuestra telaraña de historia.
Volvamos a empezar. Ahora sé que te bajas en la sexta parada, una antes que yo, y que ambos vimos el rincón, que tu sonrisa y mirada me contaron al pitazo del bus y a nuestro extraño adiós de detenida mirada.
miércoles, octubre 10
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1 comentario:
La verdad que no se bien que poner...
Es extraño pero...no se, creo ke x primera vez no se dar una opinion...
A lo mejor es x mi trauma hacia las arañas jajajaja.
Pero es un lindo cuento y devo asumir ke nace de fusiones de tu vida...
X ke siempre creamos a partir de nosotros...??? Metodo de catarsis???
Forma de Exponernos publicamente...???
Por hoy no lo se....
Besitos...Muchos
y no te pierdas en mis palabras....
Despues de hace dificil Salir jajajajajajjajaja ( risa malevola ) jajajajajja
MUAK
Siempre tuyo...Hamlet....
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