sábado, agosto 16

Léame con atención

Obsérvela y quédese en silencio un instante, contemple lo que tiene ante usted y descubra si se merecen. A veces uno no comprende lo que ocurre, pero tan sólo debe observar y todo un mundo se abre.

Léame con atención, que estas palabras son para usted.

Usted, hombre, que lucha contra la edad, que se contrapone a su pensamiento, camine 38 pasos aproximadamente en dirección al exterior. No se preocupe si hay frío, llueve o está el sol más radiante de la historia. Incline su cabeza y vea que es lo que le rodea. ¿Qué descubrió hoy? Posiblemente no mucho, porque se ha olvidado de encontrar los maravillosos detalles que el entrega su entorno. Si eso ocurre, la edad le ganó.

Sí sale de noche y conoce a una dama que le atrae, pero sólo se quedó con la ganas de hablarle, sonreirle, darle un beso y hasta pedirle su teléfono. ¡Hombre! usted envejeció. Ha derrochado un oportunidad, que quizás no le deje más que recuerdos, anécdotas o extrañas sensaciones, pero habrá ganado mucho más de lo que ganará en su vida. Habrá obtenido de regreso ese traje que llamamos locura juvenil. El cual no se debe malgastar, pero si usar.

Sí un día quiere llorar como un niño frente a una mujer o su mejor amigo, hágalo, eso no lo hará ni menos hombre ni menos adulto, más débil. Todo lo contrario, habrá demostrado la valentía más honorable, el confiar y expresarse tal cual es.

Si cree que regalar flores, chocolates, peluches o dedicar poemas o canciones es cursi, es un viejo que no ha aprendido nada. Lo cursi está en el mal empleo de lo que llamamos actos de amor, no lo malgaste, que se agotan y hacen parecer ridículos.

Cuando quiera disfrutar de obras infantiles, juegos para niños de una plaza pero la sociedad se lo niegue, pues niéguele usted la posibilidad a la sociedad de negárselo. Usted tiene derecho a mirar como un niño, ha actuar como un niño, a ser un niño con muchas mas responsabilidades a cumplir. La infancia está en la inocencia de como se mira la vida, y no en como se actua. ¡No se aproveche!

Si le temes a una persona, por lo mucho que te cautiva, no la abandones, sino pasa a ser parte de su sistema. No te vuelvas en un ser adulto que no se atreve.

Tú, que te atreves a invitar a una chica que te interesa a bailar, eres un joven de espíritu.
Tú, que regalas flores de la calle, eres un joven de espíritu.
Tú, que solías comprar "batón" cuando salías a caminar con ella, eres un joven de espíritu.
Tú, que de interesas por saber de ella, eres joven de espíritu.
Tú, que te atreves a esperar fuera de su lugar de trabajo, eres joven de espíritu.
Tú, que invitas a beber un "mockaccino", eres joven de espíritu.
Tú, que dejas que te abracen, eres joven de espíritu.
Tú, que te atreves a besar en una noche sin escrúpulos, eres un joven de espíritu.
Tú, que leíste esto con atención y te sentiste identificado, sabrás que eran para ti estas palabras.


"Me gusta como miras, como hablas, como te acercas a mi. Y detesto no tener la capacidad de decirte que quiero algo más que miradas simples o palabras toscas. Acercarme es el primer paso que comenzaré a dar desde ahora hasta que te bese otra vez."

2 comentarios:

Sin nombre dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sin nombre dijo...

Bonita obra, con personajes atractivios, que lograron entusiasmar a niños y grandes.

Adios

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