miércoles, agosto 29

Manita quiero que subas esto a tu Blog

Cuando el tiempo sólo hace que caigan hojas en el calendario, es porque tu vida ya no tiene sentido. Si el fuego no te quema o el agua no te moja, tu piel solo esta para cubrir un cuerpo sin alma. Inféctate de mis palabras para ver si te contagias de un poco de humanidad.

Estas palabras van dirigidas a quienes no escuchan, por lo tanto jamás van a ser entendidas.

Este mundo no esta así en mi cabeza, sino por gente como tu que no le importa ver cruces rotas o pies descalzos, que no le importan las monedas en un baso o balas en la cabeza.

No importa el tamaño de tu cuenta, tu corazón se seca y el dinero sólo sirve para satisfacer caprichos, mientras a otros les serviría para comer.

Buscas salidas fáciles...nieves, damas blancas, hierba, washintons, putas ¿Esa es la forma de endeudar tu insensibilidad?



César Almonacid Araos

El Manito

domingo, agosto 26

Ciudad de la Muerte: Cementerio General

El 9 de diciembre de 1821, se inaugura el Cementerio General.

*El 9 de diciembre de 2007, entró en la noche de la Ciudad de la Muerte buscando la sombra del muchacho, de un hombre que ayer se borró de la vida, que cambió su domicilio hasta la Ciudad de la Muerte.

Claudio, un hombre de 30 y algo años, de carácter cálido, acogedor y siempre allí, pendiente de todo y todos, siempre presente. Era delgado, pero bien formado, de linda figura. Pelo rizado en menor grado, de predominante color mate en la piel y de poderosa sonrisa.

Ese día salió de su casa para ayudar a un amigo que necesitaba de sus conocimientos, era una mañana fría, de escarcha y agua en el piso completamente congelada. Debía caminar hasta el paradero, de allí tomar la G14 y llegar a la próxima estación de Metro.

Bajó del bus y caminó un poco para encontrar una tienda abierta donde vendieran galletas, esa mañana no tomó desayuno, y su estomago reclamaba. "Morocha" fue la galleta elegida, 150 pesos, y el alimento en sus manos.

Su tarjeta marcó la pasada para llegar al anden donde, sorprendentemente iba poca gente. Miró, buscó alguna mirada que lo acompañara, y encontró la mía. Nos miramos como si me conociera, me sonrió y le respondí. Así pasamos todo el viaje, mirando de reojo, sonriendo y guardando el silencio como intimidad.

Bajó del carro, y se fue al paradero, tomaría la 505 para llegar al destino. De fondo, se acercaba el micro a toda velocidad, sin freno alguno, como una bestia animal. El hambre seguía en el estomago de Claudio. Directo al paradero, la 505 se incrustó.

Entre los fierros retorcidos, cuatro víctimas fatales, un conductor con múltiples heridas, pasajeros en consternación, y la policía en camino.

Una ambulancia cerca, los paramédicos buscando la forma de salvarlos, los carabineros viendo las identificaciones: Carmen, Horacio, Jazmín y Claudina. Cuatro personas que intentaron llegar. Claudio observó todo desde la esquina donde vendían golosinas. Siguió su camino hasta el próximo paradero, el piso resbaloso era evidente, quizás demasiado para ser cauteloso. Bajó a la calle, paso mal dado, resbaló. Golpe certero en la cabeza.

Marcha fúnebre de fondo. Claudio muere el 14 de septiembre de 2007.


*Y siguió buscando otras personas con quien hablar.

viernes, agosto 17

Cerezo

Cuando sentí el aroma de los cerezos, supe que había llegado la primavera. Cuando sentí tu perfume, supe que habías llegado de una fatiga matutina, de un comenzar terminado. De una nube tal vez. Y es que es mágico el florecimiento de algo a lo que llamamos hermoso. Es completamente maravilloso imaginarte cada mañana bañado en rocío de primavera, de un invierno ido, para un viajante verano.

Sentí tu aroma y supe que llegó el cariño, eres el sinónimo de amor, y como un simple "eres" me parece que las estrellas están jugando con los brotes de pasto nuevo, con los gorriones pequeños, recién nacidos, con las flores en crepúsculo incandescentes, vivos, nuevo y extraordinarios.

Eres el sinónimo de un calor veraniego cuando comienza esa estación, eres los eneros más hermosos de Santiago, los ocasos mas intensos de febrero. Eres color y sombra, cálida y poderosa.

Y tienes todo eso maravilloso de las caídas de hojas del otoño. Y aunque con nostalgia veo como caen, recuerdo su maravilloso encanto cuando eran verdes y poderosas. Y sonarán en el suelo al ser pisadas, lo sé. Pero en el crujir aparecerá tu cara y con ello todo lo maravilloso que fue estas estaciones junto a ti.

Y aunque el invierno cada vez es más crudo... sé que en la próxima primavera aparecerá el cerezo con su aroma cautivante del cariño, de ese que ambos tuvimos.

sábado, agosto 11

DESNUDA

Estoy desnuda y esperando en mi cama a una noche larga. Busco entre las sábanas, algo con lo que me pueda cubrir para calmar el frío del alma. Y si hoy la piel me sirve de escudo para calmar el latir del corazón, pues la usaré como tal y me veré tal vez.

A veces soy como un animal, de aquellos celosos, que necesitan cariño y ser admirado. Soy una gata, y pocos lo saben, nunca me comporto como una cuando muchos me conocen. Hoy la gata necesita cobijarse en la oscuridad de la noche y cerrar los ojos. No pensar más en el frío, y la soledad que esto implica. Ronroneo para buscar a alguien que me escuche y me ayude a ponerme esta piel tan ajustada a mi.

A veces frágil como el algodón de azúcar, me deshago en la cama, me derrito. Y entonces busco, por un momento que me acompañen si buscar otra cosa que no sea compañía. Y entonces me vuelvo a deshacer en la cama, y me intento imaginar como sería estar abrazada a algo, alguien que sólo transmita cariño, algo puro, simple y magnífico.

Trato de hablar con la sombra en la pared, necesito que me ayude a encontrar una sombra como esa. Una figura como esa que complete la imagen perdida de mi mente, y extrañada me pregunto sí existirá. La sombra no me respondió, y el silencio me sigue hablando en melodía de viento, con gritos de contención y reserva. Calla silencio, calla. Qué no puedo más con tu chillido de tormento. Para, porque el frío me consume, y aún no encuentro a quien me proteja de él.

Y por primera vez necesito, exijo, reclamo tener la piel puesta para impedir el daño. Y me urge protegerme de los lamentos de la luna, de las lágrimas de las estrellas, de esta puta sábana que sólo me rompe lo más indefenso de mi ser, mi alma. Y ordeno que se vaya la sombra, para que llegue quien debe venir a mi rescate. Reclamo con todo mi ser que por vez primera no aparezca nuevamente ese hoyo profundo que me arrastra a lo más hondo, y no me deja salir. Y es que si nadie me salva esta noche larga, que llamo vida, simplemente mi camino será oscuro y no veré ni escucharé ni sentiré ni temblaré ni me excitaré ni presentiré y me quedaré sola en un camino de piedras. En esta cama vacía sin aromas, caricias o llantos. Porque estas sábanas no siempre van a proteger mi alma. Mi cuerpo. Hoy estoy tan desnuda. Y no quiero que el silencio me cubra. No quiero perderme en sus gritos, no quiero, no quiero, no quiero.

miércoles, agosto 8

Un caminito

* Abrí los ojos del despertador y descubrí un mundo de metales fríos.
* Somos nada y aún así somos algo, somos lo que queremos ser pero en estado inerte, sin movimiento.

* Respira cerca de tu cuello, me empapo en imágenes distorsionadas, y manejó fuera del camino de la lógica. Armé un carruaje de palabras, sus ruedas eran versos, sus ventanas miradas. Los asientos eras suaves como las caricias y tú lo conducías.

Pasamos por un bosque de acontecimientos tristes, donde llovió lamentos, nevó angustias, granizó silencios. Luego salió el sol, pero era débil, de miedos. Continuamos el camino, donde habían piedras de confusiones, temores y errores. Pero no te preocupes, al carruaje no le ocurrió nada, yo sólo quede un poco adolorida, pero es normal. Sigamos el camino, al final veo flores, de muchos tipos, algunas de amistad, otras de cariño, otras de amor y algunas de eternidad.

Quiero recoger algunas, pero junto a ti, quien me trajo aquí. Busquemos las más bellas para nosotros, y pongámosla en agua de esperanza y tiempo. Ves lo fácil que es relatar el camino junto a ti, no nos llevó mas de 4 "horas" en llegar a este punto, en como fue el camino, para ambos similar.

No relato nuestras palabras en el camino, eso queda en la intimidad, de los hechos, de las cosas, del tiempo y demás.

¿Hacia dónde iremos ahora?

Triatlón

 Mi cerebro está a punto de estallar. Me apresuro por ganar la carrera pero no me sé el camino.  Me alientan a llegar a la meta pero mis pas...