Que maravilla, más de mil historias y ninguna parecida a la anterior.
Me levanté temprano por la mañana, estiré cada una de mis vértebras, bostecé y me rasqué la espalda. Era un día tibio para ser invierno, pero era frío para ser el norte. Me bañé con lentitud, reconocí mi cuerpo, me miré al espejo largo rato, y toqué mis pechos, mis hombros, mis piernas, mi cara. "Soy yo", me dije mirándome al espejo.
Me fui al cuarto y me vestí con ropa que no era mía. Busqué si había algún nombre puesto en ella, pero nada. Olía a hombre, a joven, ejecutivo y solitario. El sol era intenso, iluminaba como nunca, el reloj me indicaba las 10:47 de la mañana, y yo debía salir, no sé a dónde ni por qué, pero debía irme.
Sobre la mesa de noche había una nota que decía..."No te engañes por la luz, en sombras estoy esperando. A las 11 te veo en el parque junto a tu casa, lleva mi ropa". Nadie firmaba el papel.
Terminé de vestirme, tomé mi billetera, leí mi I.D. y corroboré mi nombre. Guardé las cosas en mi bolso y me fui caminando lentamente a la puerta. Cerré y miré la casa, me era muy familiar. Continué mi marcha, mientras la plaza se asomaba a lo lejos, a mi derecha. Luego vi la silueta de quien me esperaba, me puse nerviosa, sé que me vio, así que ya no había vuelta atrás. Caminé hacia él mientras por mi mente, uno a uno los pensamientos se fueron borrando. Luego me aseguré de saber lo que ocurriría en ese momento. "Sé que quedaré desnuda frente a él... y sé que nada de lo que llevo podrá cubrirme"
Lo saludé....
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