martes, febrero 8

Tan lejos de lo que llaman Amor.

Me desnudaré y caminaré por toda la casa sin preocuparme de que alguien abra la puerta. Caminaré descalza, comeré descalza, hablaré por teléfono descalza, y me bañaré vestida para inundar mi pasatiempo nocturno.  Descubriré todas las noches, una nueva forma de quedarme dormida, mientras dejo uva sobre mi pecho.  Saborearé recordad con placer, lo que me de la gana, y me masturbaré en el living.  Estaré loca, llorando en el balcón, o riendo a carcajadas, desnuda en mi cama super gigante. Llenaré de asientos inexistentes con cojines que den confort.  Y comeré en una pequeña mesa, creada para mi.  Te llevaré a tomar el té, y cuando te pongas deseoso de galletas, te sacaré a patadas. Y me buscaré un gentil hombre que cuide de mis descansos.   Me imaginaré con niños, pero no los tendré, hasta que me aburra de imaginarlos, y para entonces seré la mejor madre imaginaria.  Haré de mi casa, un lugar de múltiples escenarios, donde los dramas y comedias, son los mejores de mi vida. Y te cantaré al oído por la rendija del baño y me escucharás orinar, estando de pie.
Con pasatiempos de ternura, llenaré libros vacíos con historias tuyas, casi todas tan hostiles porque me siempre sabes dañar lo bueno. Y tendré mi huerto con tomates y paltas que tendrán tu cara, y tendré para pintar un muro contigo.  Un muro lleno de cosas bellas, porque son las imágenes mas lindas que tengo.  Y será un sueño realizado, pero en tu ausencia, donde mi casa será enormemente pequeña, y donde tu no puedes entrar, porque se hace pequeña la puerta. Porque se oprime como mi corazón, porque se dilata con tu dulzura, así que llénate de azúcar al entrar y búscame por los pasillos, que soñé como laberintos, y deja los zapatos en la cocina, para crear algún nuevo macetero en el balcón con vista al mar verde.  Y me pillarás llorando, deseando que vuelva el ayer, y entonces me encontrarás, me harás el amor y me daré cuenta que no te necesito mas. Disimularé, y me comenzarás a hablar mal, a tratarme menos, y sentirte más, y me hundiré, y vomitaré tu amor, y me cansaré.  Ese día, será el más penoso, porque por fin seré algo muy distinto a lo que conociste. Te putiaré con odio, a través de mi ojos, y te dolerá haber desconfiado de mi en lo mas profundo de tu corazón. Y sin embargo, te seguiré amando. Y tu me seguirás hablando, del perdón, de las estupideces que hago, de lo ridícula, con mi corazón hinchado de amor te diré silencio. Tu sordo seguirás.

Chillaré cuando tu voz me aburra para que me escuches, y en mi casa, vas a desaparecer.  Cuando me hagas daño, desaparecerás, y luego volverá tu parte linda, esa que tu y yo amamos.  Cuando llegue ese momento, dejaré los relojes quietos, y voy a detener el tiempo para que se haga eterno.  Y verás que mi hogar será maravilloso, donde todos los días tomaré diferentes cafés deliciosos.  Gritaré en mis orgasmos, y me haré mía, tantas veces como fui tuya. Y me verás parir corazones morados, rojos y azules, y me verás brillar, con eso creado por locura.  Seré deseable y lejana, seré como siempre, lo que soñaste, y estaré tan bien así, que no tendré memoria, y no tendré recuerdos ya que repetir, y no tendré necesidades, y no tendré nada más que a mi misma y seré feliz... feliz. Y tan lejos de aquí, como el astrónomo no puede medir a sus constelaciones... estaré tan lejos de esto que llaman vida... tan lejos de eso que llaman amor.

1 comentario:

Emerson Steelfingers dijo...

Yo creo que todo lo que has escrito, con odio o sin él, con amor o des-amor, con dolor o sin él; vale todo eso la pena sólo por esta parte:

"Cuando llegue ese momento, dejaré los relojes quietos, y voy a detener el tiempo para que se haga eterno".

Y vale la pena el doble, pensando en que en que en algún momento estarás tan lejos, "de esto que llaman amor".

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