sábado, agosto 28

Un dolor de pierna

Si malgaste el tiempo no es algo que vaya a reprochar. Jamás sentí nada perdido. Disfruté de la belleza y lloré a mares lo que siempre juré que no lloraría. Pero, sin embargo, pese ha todo el cariño que nos tuvimos, eso que sentimos, hoy todo acabó por estallar. Ambos hicimos lo que le cargaba a otro y todo terminó. - No hay nada contigo- vi como salpicabas las palabras con un dejo de soberbia. Y atónita contemplé tus amenazas y tu cegada forma de tratar. Qué más iba a hacer si ya no quedaba nada. Tomé mis trapitos de muñeca, y los metí dentro de un bolso, mientras todo el amor, me lo guardé en el bolsillo. Lo saqué otra vez por si lo querías, pero terminé tragándomelo. Me fui con la pena contenida y mi interior desapareciendo. [Jamás sentí este dolor, un dolor que casi no se percibe, pero que sabes te destruye.] Caminé hacia la puerta, y regresé por la amistad que botaste a los pies de tu cama. Me quise despedir, pero terminaste pisoteando todo. No puedo hacer más. Abandoné la canción, y me fui hacia la calle, mientras un espectáculo me seguía esperando. Creo que no llegué a ninguna parte, sólo iba a mi casa. Caminé bajo las luces de la ciudad fijándome en los semáforos. Miré el suelo, pero un auto blanco se me cruzó, me levantó y me subió a él para arrojarme a los segundos y caer al suelo como esa misma muñeca la habían botado antes. Me dolió, el chofer bajo alarmado y preguntó por el juguete, y ella, en lágrimas, dijo que todo estaba bien.

Siguió caminando mientras los otros autos seguían detenidos. Lloré por dolor, pero venía ya en llanto. Me dolía el corazón, me dolía mucho. Más que mi pierna y mi brazo izquierdo. En esa esquina terminó por quedar todo. Ahora vacía, me duele ... me sigue doliendo el pecho... me sigue doliendo profundo.

Ahora que ya todo pasó, sólo espero que mañana al despertar me duela más la pierna, sólo un poco más la pierna. Por favor, que me duela más la pierna. Que desde mañana ya no tenga más pierna... porque este otro dolor, me carcome entera.

1 comentario:

Miseulik dijo...

Aprender a vivir el dolor enseña a saborear el amor, la realidad de los abrazos ausentes enseña a llorar, pero después te das cuenta que es lo mas real que se puede vivir y que se ha ido por siempre pero mientras existan los recuerdos siempre aparece una sonrisa, eventualmente...
Nunca decir nunca es la clave -a mi parecer- para decir que no se arrepiente sino que se aprende, al final de cuentas no es la vida mas que una cadena de lagrimas y sonrisas...?

Triatlón

 Mi cerebro está a punto de estallar. Me apresuro por ganar la carrera pero no me sé el camino.  Me alientan a llegar a la meta pero mis pas...