martes, marzo 9

Telar

Cuando por fin puedo hacer mi telar, como cuando niña, siento que me falta el tiempo para hilar hebra por hebra.

Allí puse el armazón de palo, con sus puntitas listas para recibir los hilos que harían mi hermoso bolso. Preparé la bolita de lana y comencé a deslizarlo entre cada punta, mientras iba narrando la canción dulce de mi mente soñadora.

Allí mientras pasaba hilo por hilo y luego enganchaba entra ellos otro más, fui inventando mi mundo, construyendo calles con casitas de adobe y techos como de dibujos. Tenían tanto color que a veces la confundí con naturaleza o arcoíris, pero vi salir de ellas personas con sonrisas anchas.

Vi entre mis hilos, a esa señora ancha, de pelo largo atado y algo canoso que siempre estaba con su delantal algo manchado por harina. Veo su cara morenita, quemada por el sol, ese mismo sol que hace que los árboles frutales den esas manzanas dulces, que cortas del árbol de tu vecino.

Vi entre los colores también a mi abuela lavando en la artesa del patio del campo. Y vi también esa similitud entre ella y mi tía. Vi entre mis hilos muchas cosas que quería ser pero que sin embargo no me hicieron serlo, muchas cosas a abandoné por hacer mi telar. Y ahora que estoy a punto de terminarlo, veo que hay partes que están muy feas.

Hay partes que están sueltas, otras que quedaron muy juntas. Hay partes de hilos que están bañadas de perfumes de hombre. Y una que otra que quedaron con aroma a mujer. Hay un hilo hermoso que habla de acontecimientos divinos y oscuros, huelen a hombre también, y hasta el momento es el hilo más brillante.

Ahora con mi bolso hecho, siento que todo lo que quería escribir sobre el telar se perdió dos días atrás, y lo sincero se perdió en el acto. Debería haber escrito antes que habría un terremoto.

4 comentarios:

A. von Thronstahl dijo...

Te imagine como una parca hilando hilos de la vida (creo que era Cloto la que hilaba el hilo de la vida) recreando mundos pasados y futuros, quizas idealizados pero siempre al final con un sino predestinado. Te imagine sonriendo.

Saludos

A. von Thronstahl dijo...

fui medio redundante, un error clasico que hago al redactar, ruego me disculpes.

vivinci dijo...

más quisiera saber de A. von Thronstahl

A. von Thronstahl dijo...

No hay mucho que saber, realmente no tengo muchas gracias, me gusta leerte, me gusta escribir y eso.

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