Título

Como se podría llamar esto:

La carencia de sentido racional.
La expectativa de un incierto que no me interesa averiguar.

La detonación de mis lados carnales.

La exploración del otro como mi cuerpo.

La satisfacción de la necesidad innecesaria.

La anatomía de un sentimiento engañador.

Creaciones de mundos tan pervertidos como íntimos.

Utopía de tiempo y espacio.

Sanación de la enfermedad a la que se temía.

IN- Pulso: Hago lo que nace.

Sinfomanías retroalimentadas.

(S+0= N)

Ecuantica y Analitica.

Mejorada y arruinada.

Entregada.

Completa.

Retraída.

Perfecta.

Natural.

Volver a ser como antes, pero mejor.

Deseo es la constante.

Y= D

X=V

E= Alegría

Magia

Origen*.

Resplandor

Origen (fértil, agudo, sobrio )

Naufragué

Me fui corriendo de vuelta, como si fuera a mejorar las cosas.

Y cuando casi caí, rompí la tierra con mis puños, su pecho.

Sin embargo, me pudro por dentro.

Catatónico.

Borrar.

Comenzar de cero...

Último, no quiero actuar más...

Ya no sé quien soy....

Catatónico al final...

Prostituta del Teatro, o Servidora de él.

Somos la Utopía

Desde acá veo al par de personas que comparten. Uno protector y el otro protegido, no se quiere dejar espacio para los errores. Pasan horas juntos, dejando el mundo de lado. Salen, cantan, ríen y lloran.

Los abrazos y besos son como partículas, miles por hora. Pero dicen que cuando avanza el tiempo, todo va cambiando; y así también las prioridades. Trata de llenar los espacios vacíos con lo más fácil que se encuentra alrededor, o con lo que uno cree a veces tiene más valor; pero nos enceguecemos tanto, que perdemos la esencia y quedamos como seres sin sentir, sin vivir, sin percibir.


Los humanos siempre sueñan con su propia aventura, junto a esa persona que tanto aman; la otra persona por querer lograr que su aventura se cumpla, tratan de llenar los sueños, utopías mágicas. Y si quiso volar por el cielo, compran un pasaje de avión. Si quieren conocer los submundos del mar, viajan en cruceros. Si querer andar por prados, compran un terreno de siembra. Si quieren una casa en un árbol, construyen esa casa en el árbol más grande. Y aunque parecen cumplidos, aún falta la mitad. Porque cada vez que soñaron eso, era con su compañía, y sin embargo estaban solos.

Mis aventuras más maravillosas, son iguales a las de mis sueños, sólo que de otra forma. Las mejores aventuras, esas que soñé, las he compartido contigo, sin que tú lo sepas. Y muchas de las personas que conoces también lo han sentido así.


Da las aventuras de vivir más maravillosas del mundo, como hasta hoy lo has hecho. Y ve como tus sueños también se han cumplido de cierta forma.

El agua que paso a tierra

Ni siquiera yo estoy hecha para susceptibilidades y encajo perfectamente en ellas. Son parte de una escoria interminable, somos el punto fijo de eso que no queremos ser. Fíjate como luchas contra ella en el momento de fragilidad.

Allá mi caldera se cocina y mientras todo reboza en fuego, el agua está dejando su huella de hongos y mal olor. Acá el viento está moviendo todo y trata de desarmar lo construido, derrumbándome por completo desde mi cimientos más perdidos. Allí se mezcla la tierra de yacimientos de piedras preciosas y esa piel malgastada que está fraguándose entre sus cortinajes de sed. Siento la misma sed, y no sólo es apetito, es sino el orgasmo constante de la retórica más ancestral: Mis días.

Anhelando que toque mis yacimientos, quiero que se hundan hasta salir por el otro lado de mi, esos pensamientos errados que muestran lo peor de mi, que me destruyen e inquietan. Quiero desaparecer de mi tierra y mezclarme con el fuego, las cenizas. Quiero ser un puto cigarrillo que me fumen hasta reducirme a cenizas de un cadáver indeseado.

Y cuando por fin puedo escribir, deseo que no me lean, sino quiero que me vean, que sientan, me golpeen y me rompan en mil, para reaccionar. Ahora quiero que me amen, como bien se hace ahora, y quiero estar entre eso que llamo ramas de árbol. Aún no quiero echar raíces pero comienzo a cultivar mi tierra santa.