Bendito sea el armario de los que huyen, porque ese será su reino.
Alabado sea quien borre de su vida lo que causa miedo, porque de ellos será el reino de las barreras.
Perdonado sea quien escriba o lea estas líneas y las crea cierta, porque no hay mayor castigo que creer en ideales propios, en mundo diferentes y en lenguajes famélicos.
La voz te salve, querida;
llena eres de pensamientos;
la conciencia está contigo;
bendita eres entre tanta mentira;
y bendito sea tu silencio también.
Canta querida,
ladra, hoy no.
ruega porque no te ganen las ganas
cuando desees gritarle al mundo.
Tal vez.
Bendito sea quien lea estas palabras, las sienta, las grita, las enfrenta y las hace públicos.
Porque el reino de los ángeles les guardará el camino de respuestas para llegar a la gloria.
Bendito sea quien viva intensamente, porque de ellos el reino de quien realmente vive.
Perdona a los que no saben de ello, y dales una nueva oportunidad; porque son humanos y como todos, fallan.
En el nombre
de la palabra
la mente
y el corazón,
Mi Dios.