Somos, quizás, los restos de los huesos que en una batalla se perdieron, y que alguna vez formarán petróleo. Me maldición puede ser la que nos rodee, para que a futuro nos exploten tanto sin siquiera causas verdaderos beneficios la vida terrícola. Y tener miedo es válido, sobre todo conmigo. Cuando vez que no me conoces y cada locura que puedo hacer para disfrutar el momento, sí. Es lógico temerle a lo que no eres capaz de lograr ni alcanzar, porque vives en la cúpula de gritos ahogados, donde todo marcha a un tiempo inexacto, y constantemente amenaza con detenerse de por vida.
Sabes que quiero de ti, tu cerebro, no. Quiero saber cual es tu inteligencia de la cual dices jactarte. No engañes. No mientas. No digas lo que otros quieren escuchar. No te pierdas.
Te prometo no hacerte daño, juro a dedos cruzados en la espalda, que si me vuelves a mentir, no te haré daño. Y por fin reconoceré tu sabor, como carne de cerdo, y no un privilegio a mi paladar.

"Dios, Dios, Dios, te rezo, te ruego perdones sus malos actos, como perdonas los míos. Dios te ruego piedad por nosotros...
Te ruego piedad"
No hay comentarios.:
Publicar un comentario