jueves, enero 17

Platinada

Son las ondas de mar que cubiertas por el manto de la noche, se bañan en una extraña fórmula de azúcar y metal. Las curvas locas que se pierden entre una y otra ola, se reencuentran en cambios de viento y rocas pintadas a pincel duro y grueso.
Yo, fría y descalza hasta los huesos, me desnudo de esta ropa apretada que se llama piel, y contemplo el fugaz juego del agua, con alocados estruendos de palabras que no comprendo, razono, y luego me estremecen por su contenido y su poder destructivo y desalmado. Cuento estrellas y hago como que escucho.
Relámpagos al horizonte, creo que es la 263 ola que revienta hoy en este mirador de estrellas, y yo, tal vez sea la quinta ola que escucho desnuda, fría y tiritando de miedo.
Sigue el manto bañando la arena que a lo lejos veo, quiero bajar por el cerro y llegar al roquerío y perderme allí, y reaparecer entre el manto de olas platinadas, y bañarme de plata por un momento, de colores mágicos, y combinaciones lunares, de faces, de eclipses de ojos lejanos.
Quedarme allí por un rato, correr a él, pero seguir allí, mirando el mar de plata intenso, lunar.

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