domingo, noviembre 4

Metro para dos

Mi viaje hoy en el metro fue, dentro de todo, tranquilo hasta el lugar de combinación. Es increíble lo que una lengua puede hacer dentro de una boca, ya sea la propia o ajena. Un juego constante que me distrajo. Si, los vi detenidamente. Me encanto como jugaban con sus bocas, esos juegos de complicidad que con pocos se logra de verdad. Me encantó como jugaban con sus lenguas, una para allá, otra para acá.

Por un momento sentí que sobraba, que el metro estaba hecho solo para ellos dos, nadie más. No había nadie más cuando el la abrazaba, cuando ella lo empujaba suavemente sin separar por ningún momento sus labios y sin detener esas lenguas.

¿Quién sabe lo que significa tocar el violín? Con esa pareja, a todo el mundo le quedaría claro.

Quiero jugar con mi boca, quiero jugar con la lengua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jaja... cuidado no vayas ha terminada con la lengua amarrada...

cuidate
chau
fer

Triatlón

 Mi cerebro está a punto de estallar. Me apresuro por ganar la carrera pero no me sé el camino.  Me alientan a llegar a la meta pero mis pas...