Preámbulo

Busco en un diccionario las palabras adecuadas para no mitigar el calor de mis palabras. Intento como sea de fustigar tu corazón con palabras suaves que acaricien lo más profundo de aquel órgano latente.

Y te reconocí mil veces en la calle de la nada, con caras iguales a tu lado, pero siempre supe que eras tú. Te miré con miedo, y lo asumo delante de ti, porque no temo ahora a lo que pienses sino a lo que dejes de pensar. Ya sé, ya sé, como bien dice, pensar hace mal. Pero si piensas con otra razón y dejas el desvarío lógico para otra oportunidad, la demencia sería natural y mis palabras simples, complejas se tornarían a tu nido de recuerdos.

Te hablo en clave, en código extraño. Porque trato de todas formas de evitar el mortuorio que se adelanta a los hechos que temo ocurran alguna vez y sin previo aviso todo esto mágico vuelva a la nada y seamos caras irreconocibles. Predico palabras que otros no reconocen, y si somos, somos nada juntos en lo todo de un sólo sistema. Preciso recordarte que aún estoy buscando las palabras. No miento si digo que un diccionario me acompaña, no hay nada más por esta noche.

Mis palabras van al roce de mi segunda mente, y te veo siguiendo mis letras con completa sorpresa, quizás por no entender nada, o tal vez por entender todo, tanto que te alarmas.

Tenemos transmisiones similares, y un canal de igual cable. Somos y todo. Eso es todo lo que te quería comentar. Busqué todo este preámbulo para decir que Uno más Dos, incluso pueden ser cinco. Y que juntos somos y todo eso será.

SISTEMA DE CONFERENCIA, TRANSMICIÓN DE ROCE. OLOR, ENERGÍA Y MIRADA