LO QUE DEJÓ DE SER NUEVO

(Veinte y… ahh) para que sigo contando ovejitas si sé que no lograré conciliar el sueño esta noche. Ya llevo más de media hora contándolas, me pierdo, y comienzo otra vez con el uno, dos, tres. Y quizás intento algo que simplemente me desconcentra, tan solo cerraré mis ojos, y pondré la mente en blanco.

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Y así fue, dijo un nombre que no esperaba pero que tampoco nunca esperé. Sofía, simplemente Sofía bastaba decir para que aquel romántico momento se hiciera mierda delante de mis ojos y destruyera toda la ilusión de una idílica historia de amor. Pero claro, había olvidado por completo que quien me besaba tan apasionadamente era mi mejor amigo, y más aún, que recién se había descargado de todo el gran peso de su dolor ¿Qué más podía pedir?

¿Qué te pasa?- Pensé en voz alta y angustiada; él se quedó perplejo con la mirada retorcida en miles de sentimientos, pero creo que el básico fue el de “un gran error”.

Soy una estúpida, como pude creer que ese beso tan profundo era especialmente para mi. Yo sólo recibí las sobras de otro amor no correspondido y esa escena era nueva, en un sinfín de remordimientos y quejidos constantes del “amor”, ese que nunca ha llenado su corazón, que ninguna mujer le ha correspondido. Que bien, yo estaba en medio de toda su confusión.


Es ciego, nunca me ha visto como yo lo veo ahora, sólo fueron errores, uno tras otro, tras otro, tras otro y así sucesivamente. Confusiones que dejaron recuerdos inolvidables pero ahora amargos.

Nada, no le pude decir nada; mientras él sacaba palabras de no se donde para no sé… disculparse conmigo.

-Disculpa…pensé que… que estúpido fui… yo sólo…- Tartamudeo como imbécil delante mío. Por un momento me quise reír a carcajadas, jamás lo puse en una situación tan complicada como aquella, y si que hubiese preferido tener una cámara para grabar su cara de horror al ver el desastre que causó. Luego, asimilé sus palabras, y ya no me acusó tanta gracia, al contrario, me bajo el ánimo de una sola vez. Vaya que no quería una cámara en ese momento.

-No hay nada que disculpar, para mi…- Traté de decirle que me encanto su beso, pero él no me quiso poner en problemas y terminó la frase… no como quise eso si.

-En serio, lo lamento, tu eres mi amiga, y no debí hacer eso. Como te he traicionado, y yo como un pendejo, dándote un beso que…Lo lamento.- Qué gentil, ¿no?. Me dio un beso, y sintió la traición.

Me siento mal, lo único que quería era huir con cada palabra que salía de su boca. –Basta, me quedó claro… ahora parezco estúpida delante de tuyo. Para mi no fue un error, al contrario, me encantó. Daría todo porque tu y yo fuesemos pareja, pero tu no me miras con otros ojos, y yo no pretendo ser tu pañuelo de lagrimas con el cual descargas cada beso que te sobra, o que no quisieron recibir. No, conmigo no vas a jugar… como te lo puedo explicar… ¿dime?- Ufff, que daría por decirle eso. Un momento, se lo dije… por eso me mira con asombro y completamente enmudecido.

Creo que hablé más de la cuenta… hablé mucho más de la cuenta. Ahora ¿Qué hago?...


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Por más que intento poner la mente en blanco… no lo logro. Un intento más y termino…

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Sí, se lo dije por fin, en medio del parque en el cual nos conocimos se lo dije con toda seguridad. Me miró fijo y calló por mucho tiempo. Nada tenía vida entonces. Los autos se movían por sombras… eso creí ver. Y él seguía callado frente a mi. Pasamos todo lo que restaba de tarde. Al anochecer, ya no hablábamos, y ni nos buscábamos con la mirada, ya no existíamos.


Al marcar las 21 horas, mi reloj con su tic-tac jugaba con mi corazón, mientras el reloj de él pegaba alaridos como un auto en miniatura. Finalmente la bulla acabó, se despidió de mi con si fuera un extraño, se dio la vuelta y caminó al paradero mas cercano.

Yo lo miré desde mi lugar hasta que tomó su bus y partió. Jamás volví a hablar con él. No respondió mis llamadas, ni mis mensajes, mails, y me eliminó de su MSN.


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Maldito despertador, ya son las 6 de la mañana, y no dormí muy bien… ¿Sabias? detesto las ovejas, los parques y esos amigos que te hacen pensar todo el día en él.


Creo que lo nuevo, ya dejó de serlo… Detesto la monotonía, esto es lo único real.