Fue el segundo más largo, la extensión del tiempo en un par de palabras que afligieron mi alma, como una daga atraviesa al animal. Así fue la última noticia tuya. Un sinsabor tan profundo como la pena que me empapa.
Ay viajero, qué hiciste ahora. Te fuiste tan lejos, que no podré verte. De donde sacaré esos brazos llenos de cariño que nunca dudaron en tenderme una mano. Me cuesta entenderlo, pero era el viaje que te debías, el más largo de todos. Discúlpame por incluso ahora sentirme insuficiente en tu presencia, ya no lo sentiré más, porque no volveré a verte. Pero ya será el momento. Haremos la mejor obra, me aseguraré de estar lista para eso, espero haber aprendido lo suficiente de ti en vida, para llegar más preparada.
Viajero de risas, ecos en las paredes de la sala, en lo alto del techo. Tus luces opacaron los cenitales de la vida, y tus palabras fueron la mejor representación de la alegría. Contigo interpreté los mejores papeles de la vida, bailé las mejores escenas vestida de otras, y sin miedo me lancé a los lobos desnuda.
Quise estar bien para verte, y me demoré mucho, mi tiempo es lento, pero espero que me veas ahora, desde tu nave, como te lanzo besos con mi mano agitándose al horizonte. Estoy bien, lloro por tener la alegría de conocerte y verte estoico, con tu sonrisa ancha. Lloro abrazando los buenos momentos que compartí contigo, y dejo caer mis lágrimas por si en ella se va la pena de no volver a repetirlos.
No detengas por mi tu marcha, no la detengas por nadie, que acá estaremos bien. Deja que los pájaros acompañen tu recorrido con sus cantos, y que el claro de luna sea guía. Cuando llegue mi hora te gritaré "Vamos!", imitando tu voz, siguiendo tu intensión. Esa seré yo buscándote, maestro.
Visítame en los sueños, conversemos allí. Te contaré lo que quieras. Te contaré como fue despertar con tu noticia, como aceptar que era real lo que leía. No te negaré mi llanto, mi deambular errático en mi encierro. No te negaré que quise abrazarte fuerte, ver tu cara una vez más y llenarme de esa sonrisa. Detener el tiempo y retrocederlo unos meses para poder acercarme. No pude evitarlo pero verás como se me pasa, escucho tus palabras, y se me pasa. Recuerdo tu voz y se me pasa. Tus consejos vuelven a mi mente, y se pasa. Tu no pasarás.
Eres el viajero eterno, el que lleno muchos corazones. El viajero inolvidable, que viajó a su último destino.
viernes, abril 24
lunes, abril 20
Ligereza Innegable
Esto es circunstancial, sabemos que no cambia nada. Y sin embargo estamos girando en torno a lo invisible. Hay cosas inevitables, que por más que las niegues, aparecen.
Vi cómo perdimos el tiempo negándolo, fingiendo que nada ocurría o si ocurría, era controlable. Pero sabemos que no, más de la mitad de las cosas que ocurren normalmente no las podemos controlar y constantemente luchamos contra eso pero detengamos esa persecución, no gastemos energía en eso, no mas.
La vida pasa ligera como para gastar el tiempo en eso. La ineludible sensación de comodidad que se da entre el tiempo y tú. Yo como testigo que tu paso, y tú como oyente de mis actos. No dejamos de pensar y recordarnos, ellos antes, ellos que fueron, ellos desde hace cuanto. Hoy ellos son otros y otros han estado con ellos. Otros han llenado espacios y vaciado otros en ellos, ellos han compartido con otros mas que con ellos mismos, y entre tanto tiempo con otros, ellos se siguen viendo entre ellos como únicos.
Y es que ellos son tan comunes, que son especiales entre ellos, ellos son solo un reflejo de lo que hoy somos, ellos fueron quienes se conocieron para estar aquí hoy. A ellos le debo mucho, y sin embargo creo no deberles nada en particular, sino coraje. A ellos les sobraba juventud y les faltaba la razón, el control. Pero somos lo que somos hoy, es porque a ellos les faltó crecer, y en el camino nos alimentamos de otras vivencias para sentirnos como somos ahora.
Ellos lloraron lo que tenían que llorar, y hoy lloramos menos. Hoy nos hablamos para saber que nos tenemos como ellos se tenían, ahora nos tenemos grandes y de verdad. Hemos cambiado, nosotros lo sabemos pero nos sentimos mas cómodos que antes. Cuando estamos, lo invisible se palpa, lo que negamos se concreta y algo que va más allá de nosotros se apodera de la situación como en algún momento se apoderó de ellos.
No nos demos más vueltas, el tiempo se ha encargado de recordarnos que somos frágiles, que no somos eternos, que todo vuela en nuestro entorno, que mañana no estaremos. Lo invisible entre nosotros no, porque como bien se describe, es como que nunca estuviese, y lo que no está, siempre se podrá construir, es inevitable, por más que lo neguemos, siempre podremos construir y reconstruir algo nuevo. La vida es ligera, para ellos, otros y nosotros.
Vi cómo perdimos el tiempo negándolo, fingiendo que nada ocurría o si ocurría, era controlable. Pero sabemos que no, más de la mitad de las cosas que ocurren normalmente no las podemos controlar y constantemente luchamos contra eso pero detengamos esa persecución, no gastemos energía en eso, no mas.
La vida pasa ligera como para gastar el tiempo en eso. La ineludible sensación de comodidad que se da entre el tiempo y tú. Yo como testigo que tu paso, y tú como oyente de mis actos. No dejamos de pensar y recordarnos, ellos antes, ellos que fueron, ellos desde hace cuanto. Hoy ellos son otros y otros han estado con ellos. Otros han llenado espacios y vaciado otros en ellos, ellos han compartido con otros mas que con ellos mismos, y entre tanto tiempo con otros, ellos se siguen viendo entre ellos como únicos.
Y es que ellos son tan comunes, que son especiales entre ellos, ellos son solo un reflejo de lo que hoy somos, ellos fueron quienes se conocieron para estar aquí hoy. A ellos le debo mucho, y sin embargo creo no deberles nada en particular, sino coraje. A ellos les sobraba juventud y les faltaba la razón, el control. Pero somos lo que somos hoy, es porque a ellos les faltó crecer, y en el camino nos alimentamos de otras vivencias para sentirnos como somos ahora.
Ellos lloraron lo que tenían que llorar, y hoy lloramos menos. Hoy nos hablamos para saber que nos tenemos como ellos se tenían, ahora nos tenemos grandes y de verdad. Hemos cambiado, nosotros lo sabemos pero nos sentimos mas cómodos que antes. Cuando estamos, lo invisible se palpa, lo que negamos se concreta y algo que va más allá de nosotros se apodera de la situación como en algún momento se apoderó de ellos.
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