lunes, marzo 26

Conteo

Me gusta saltar de alegría por la ciudad, y más si todo está en mi contra. Dijo un saltamontes mientras un gato curioso lo seguía.

1 día: Cumpleaños de mi sobrino.
2 días: Clases de Diplomado Pedagogía Teatral
3 días: para trabajar en mi obra
4 días: Para viajar al sur con mi familia y pololo.
5 días: Junto a mi pareja.
10 días: Esperando lo natural
15 días: sin ver a mi amiga Paloma
20 días: Mi humor fue vulnerado.
25 días: Alerta
30 días: Trabajando en un Colegio, clases de teatro.
60 días: Dos meses pololeando, feliz.
90 días: el tiempo transcurrido del año.
120 días: Cumpliré cuatro meses del detalle que ha cambiado lo demás.
150 días: De mi titulación
365 días: Que egresé.

Porque no me he dado cuenta de como pasa rápidamente el tiempo. Pero todo está en tan perfecto equilibrio, que todo me hace saltar de alegría por la ciudad. El gato del tiempo hará lo suyo pero no hay nada que me pueda bajar. Estoy aquí y ahora.

[No todo es creación, sino narración de lo que creo para mi]


martes, marzo 20

Increíble

Es mucho más simple hoy, cuando en la dificultad encuentro el motor para seguir. Porque escribiendo en las nubes, estoy imaginando bellezas por todas partes, y sonriendo por todos los rincones llenos de sombra.  Estoy llena de luz.  Porque el mundo vibra a mi entorno, y todo lo que se pinta en el cielo son movimientos ondeados. Porque nuevamente entiendo que en la dificultad de las cosas, está la belleza más especial y porque en la dificultad que me rodea estoy llena de paz.

Paz... anoche llamé para saber si estabas bien...
-Estoy increíble....

Increíble es ver todo esto, porque todo se está poniendo en su lugar.

jueves, marzo 15

Sin historias

Porque sépalo bien,
el mundo está lleno
de gente ridícula,
morbosa,
escrupulosa,
vengativa,
egoísta y
obsesiva
capaz de seguir
llenando el mundo
con semejante barbarie.

La gente no
entiende de muchas cosas
porque algo así
dijo un Chejov
y sin embargo todo
sigue igual
como sigo entonces
si todo ya está escrito
y no hay más
papel vacío
y lápices sin tinta
rodeando a los soñadores.
Hoy no quedan historias
que no se hayan escrito.


domingo, marzo 11

La tormenta

He visto tronar con fuerza recalcando su origen. He hablado del universo y me he sentido insignificante. He leído de la energía, y soy efímera. He sentido y vibrado a la vez.

El científico vivió dentro de su observatorio sus primeros cinco años de profesión, allí descubrió mil cosas en el cielo, vio constelaciones que desde la ciudad no se podían ver. Y logró hacer importantes postulados sobre el cielo, la vida y la muerte.  Al otro extremo de la ciudad, la surfista vivía libre en las olas, donde contemplaba todo desde su tabla, donde controlaba las olas y conocía muy bien su entorno.
Una determinada noche, de frío insólito y viento furioso, ambos desde su lugar, solos junto a su luz, se quedaron mirando el reflejo de las estrellas en el mar.  Aquella noche la luz se cortó en toda la ciudad, y mientras todos dormían; ellos estaban allí buscando algo que hacer, porque las estrellas se veían más intensamente reflejadas en el mar que de costumbre, y les parecía insólito perder aquel momento. Con el frío en su cuerpo, pensaron que no había nada que perder.
A paso lento, salieron a caminar, sin rumbo, sin esperar nada. Y al llegar al centro de la ciudad, se sentaron en el mismo parque, con dos bancas de diferencia.  Así pasaron minutos eternos mientras el viento se paseaba con el entusiasmo de la noche joven y desnuda. Y en medio de la noche y el silencio se escuchó un relámpago que iluminó esa noche, dejándose al descubierto ambas personas, a ese calculador y cuadrado y esa ondeada e ilimitada.  Con el sonido del trueno ambos se levantaron, y para cuando el segundo relámpago los alcanzó, ellos estaban de frente sonriéndose sin miedo alguno. El científico le mostró su observatorio, las constelaciones, sus postulados y teorías del cielo, la vida y la muerte. Ella le llevó a su playa, le enseño a surfear, capear olas y conocer su entorno.

Para la siguiente tormenta, el primero relámpago los iluminó, y para cuando sonó el trueno, ellos ya se habían ido juntos.

sábado, marzo 3

Soy el Viento

Me paseo por los rincones del día y agradezco las motas de algodón que voy encontrando en el camino.

Tengo muchas historias que contar, dijo el viejo que estaba sentado junto a la ventana. Tengo miles de cosas por contar, pero la gente ya no le interesa escucharlas. Sé que son historias repetidas, que las he contado miles de veces, pero para mi son necesaria contarlas, porque es mi sangre, y mi forma de comunicar que quiero algo diferente, y que no soy capaz de hacerla.  Se refirió con un desdén nostálgico.

Mírenme, soy la niña que no tiene hogar porque nadie pasa conmigo. No saber lo difícil que es ser niña cuando no tienes a nadie que llene ese espacio de compañía, más que viejos juguetes que te cuentan que fue lo que eras y soñabas en ese instante, y que completabas con esas historias que creabas.  La niña sabe que dice, pero no comprende ni una palabra de lo que dice el resto.

Las historias de ambos me aburren, murmuró la rata que miraba desde afuera, sorprendida por el gran bullicio. Ambas historias son repetidas y agotadoras, prefiero rodearme de los desperdicios, de la basura, de lo malo, porque es la única forma de ser lo mejor. Soy rata, y podría ser malo, pero no en mi mundo, donde soy perfecta.

Las flores pensaron, acá estoy bien justo donde debo estar, con belleza y armonía, lejos de los niños, de los viejos, las ratas y todo que no esté a mi altura. 

Y me vi, allí, captando todas esas visiones de la vida, esas posturas, esas existencias tan extrañas y ajenas a mi, y comprendí que donde estoy, me parece un lugar genial, porque he conocido de todo, porque me relaciono con todos y sin embargo no soy nada de ello. Puedo ir a la velocidad que quiero y pasar por donde guste, puedo estar o no estar, pero nunca falto. Me vi allí, y una vez más pensé, que suerte tengo... [TITULO]

Triatlón

 Mi cerebro está a punto de estallar. Me apresuro por ganar la carrera pero no me sé el camino.  Me alientan a llegar a la meta pero mis pas...