Animal Azulado

"Contemos historias, de esas que alegran la vida, que te cambian la mirada.  Inventemos las cosas mas insolitas, esas que con pocas personas se pueden crear realmente..."

Ayer sali a correr por el parque,  y me encontré con un divino árbol de nubes moradas., de donde salió un roedor muy extraño, de color azulado y que a cada instante imitaba el sonido de los arbustos cuando se remecian por el viento. Miré a todos lados, para ver si alguien pasaba por allí, pero nadie en ese rato ocupaba la calle.  Me acerqué y lo tomé entre mis brazos, lo acaricié y pensé en lo mucho que quería que lo conocieras.

Cuando tu imagen si me vino a la mente, inmediatamente apareciste desde el Metro, y caminaste en mi encuentro sin sospechar nada de lo que estaba pasando. Me saludaste con gran afecto, como nos caracteriza, y me preguntaste por mi cara, que en ese momento se inundaba de risa. Hiciste alguna de esas bromas que solemos hacernos, y te mostré al animal. Te dije "Ves este animal, es azul...tiene ojos grandes y almendrados, son de color turqueza, y su cola brilla, como si fuera de neón.." Lo viste y lo acariciaste como si lo conocieras de toda la vida.  Me preguntaste donde lo había encontrado, y te llevé, en silencio, al arbusto de nubes moradas, te mostré de que estaba hecho y me sonreiste como si fuera todo un secreto. Tomaste un poco de nubes con tu mano, y la probaste.  La pusiste en tu boca y te la comiste, tu cara cambió, se puso dulce.  Me dijiste que era dulce la nube morada, como mora y crema, y tomaste otro poco y me diste a probar. En ese momento el animal azulado, salto de mis manos y se puso a correr por todas partes, la gente comenzó a aparecer por todas partes, llegaban y se iban como si nunca hubieran faltado.  Ellos vieron a la animal correr,  pero nadie lo atrapó... "Ayúdenme a atraparlo, es especial". 

Todos me miraron tan raro, una señora se me acercó y dijo, es un animal muy común, un perro... vago, como los miles que hay por acá.  Me quedé muy confundida, porque sé que no era común, tenía un azul intenso, y brillaba.  Tu te acercaste y me diste un abrazo, y mientras nos quedabamos juntos, dijiste en mi oido: "Quizás nadie lo nota, y debes respetar eso... mientras nosotros...contemos historias, de esas que alegran la vida, que te cambian la mirada.  Inventemos las cosas mas insolitas, esas que con pocas personas se pueden crear realmente...no te preocupes más por ellos, ellos ya lo harán."

Me separé rápidamente de ti, y te miré primero con enojo, luego mi mirada se suavizó, y finalmente te sonreí.  Tuviste tanta razón en eso, porque sólo nosotros podemos contemplar a los conejos rosados, elefantes y osos en nuestros jardines... porque si existen para nosotros.

Creo que después de eso, mi mundo se tranquilizó un poco.  Ese día seguimos caminando por la calle más habitada de la ciudad, con el animal azulado caminando junto a nosotros, con gran felicidad. Nunca lo vi más feliz que esa noche.