lunes, octubre 30

Y YA NO SON TAN NUEVOS

Seguiré contando ovejitas… (Catorce ovejitas, quince ovejitas, dieciséis ovejitas…)

Cuando me cuesta más que nada cerrar los ojos y conciliar el sueño, todos los recuerdos se me vienen encima y se transforma una tormenta mi deseo de dormir.


Aún continuamos sentados en el pasto húmedo, mirándonos, con risas que pretendemos no se transformen en cómplices. Creo que hasta ahora todo marchar dentro de los cánones de la amistad. Pero debo reconocer que me cuenta mucho mirarlo a los ojos y no sonrojarme con su brillo profundo y ese gesto de alegría en su mirar.

Me pongo a mirar hacia los lados y ha comentar cada cosa que se cruce de pronto, tratando de que no se note el cambio de tema tan fulminante, y que no quiero mirarlo mucho. Pero vaya que lo hace difícil, me pide un poco de atención, que lo mire detenidamente, porque necesita contarme algo que francamente lo tiene mal. Mi cabeza… mi maldita cabeza que debe pensar tanto y que sabe pasar películas mas que un cine.

Centró su mirada en mí, y comenzó luego un confesionario gigantesco, pero no el que quería oír. Sus conflictos familiares han llegado más allá de su tolerancia y necesitaba alguien para oírlo decir cada cosa que le afectaba. Quería desahogarse. Que genial, creo que solamente me ve como amiga, justo lo que necesitaba. Y para culminar el clima de tristeza, tanto de él como mío, se aferra con tanta ternura a mi pecho y no cesa su llanto.

Como quisiera llorar con él, pero no tan sólo por su dramático testimonio, sino por la angustia que me diga”necesitaba a una amiga para hablar de esto, en alguien que confío y que quiero mucho”. Válgame Dios, en que me he involucrado.

De pronto, se puso frente a mí, y tomo mi mano con determinación. Yo extrañada, sólo pude sonreírle. Frotó su palma sobre su cara, la humedeció con sus lágrimas, y luego la rozó con sus labios; y mi estómago ya parecía la danza del vientre, una verdadera jauría de lobos hambrientos por su presa; la puso sobre su pecho y me preguntó-Sientes el latido de este ser que ya no es mío- Negué con temor a su reacción, pero sólo bastó agitar mi cabeza para que nos acercásemos y yo escuchara su latir.

-Escuchas ahora este corazón, que hace bastante tiempo tomó vida propia- Me preguntó fríamente.

Nuestros ojos se volvieron a mirar, y ya ni los árboles, ni la gente, autos o lo que diablos pasara fuera de nuestro mundo tomó importancia. Estoy segura que solamente estábamos él y yo. Nos retiramos bruscamente y el frío tumbó nuestros cuerpos. ¿Qué está pasando?

Seguiré contando ovejitas…(diecisiete ovejitas, dieciocho ovejitas, diecinueve ovejitas, veinte ovejitas…)

domingo, octubre 15

NUEVOS EFECTOS

Se suponía que era un juego...Ahora que es?

************************************************************************************

(Una ovejita, dos ovejitas, tres ovejitas, cuatro ovejitas, cinco ovejitas) Ahora estoy contando ovejitas para irme a dormir, pero no me va muy bien. (Seis ovejitas, siete ovejitas, ocho ovejitas, nueve ovejitas) Creo que el brillo del computador agotó mis neuronas más de la cuenta y ahora me queda esperar y ver como las ovejitas pasan sobre mi cabeza. (Diez ovejitas, once ovejitas, doce ovejitas, trece ovejitas) Creo que es más tarde de lo que pensé, hasta la calle ha apagado sus luces y ahora veo todo negro (Cator.... ove...ji...tas....sss...)

Cuando salimos por primera vez, todo se torno extraño. No nos vemos como antes, y si, lo reconocimos ambos pero que más da, suele pasar en la relación de dos personas.

Siempre algo debe pasar, y todo cambia de pronto. Un gesto, una actitud, una palabra el complemento de algo que nadie se lo explica, lo que conocemos como QUÍMICA.

Francamente nada de eso ha ocurrido aún, pero siento que algo está cambiando. Caminamos por una o dos horas sin rumbo fijo, dejamos que las palabras nos guiaran a donde realmente queríamos ir. Y así llegamos a un lugar santo, para mi, así era. Había árboles, y podíamos estar en paz.

Comenzaron los juegos absurdos, sin razones… sino que el simple aburrimiento nos llevo a jugar. Muchas veces quedamos de frente y ninguno de los dos reaccionaba, sólo nosotros dos en medio de un parque, sentados en el pasto frío con intenso calor y nuestros ojos tratando de hablar un lenguaje nuevo pero que negábamos por cada poro de nuestra piel.


Seguiré contando ovejitas… (Catorce ovejitas, quince ovejitas, dieciséis ovejitas…)


***********************************************************************************

Continuará

martes, octubre 3

Poesía

¿Cuán bella puede ser la poesía?- Escuché sólo eso, y se cerró la puerta en mi cara.

Últimamente siento miedo a todo. Es tan raro como se presentan las cosas en mi vida que solamente queda pensar y dejar correr la vida en eso.

Le temo a lo más natural del hombre, amor.

Sí te preguntan que es “AMOR” que puedes decir. Yo no dije nada y me escude que el amor no se describe, se expresa. Pero ahora le temo a la expresión.

Que el viento lleve nombres y los latidos signifiquen algo; que tenga un ciego apego a una persona ¿no te hace débil? Pues creo que la debilidad se apodera de mi sin motivo alguno y no puedo hablar. Me oculto en la careta más fría, la sonrisa.

Justo hoy debía escribir esto. Qué hoy viví las sensaciones más especiales y que ahora, sin más me quedo muda de tanto cariño.

Pretendo inicia algo nuevo pero el recuerdo lo impide y la timidez lo retrasa. Ah! Absurda locura, mi flagelación comienza a sentirse y un puedo más del dolor.

Basta. Jamás quise escribir esto, sólo corrieron las palabras y no las pude controlar.

Creo que necesito ayuda.


EL ERROR

Es hoy cuando necesito la capacidad de perdonarme…. Me engañe y cometí el error que cambio el curso de la normalidad. Nada será como antes, aunque no hubieses aparecido. Simplemente debía pasar.


Ayúdame a comenzar otra vez, sólo tú podrás estar conmigo.

Serán tú, las estrellas, luna, sol y yo. Mi habitación tiene espacio para dos.


TODO OTRA VEZ

Triatlón

 Mi cerebro está a punto de estallar. Me apresuro por ganar la carrera pero no me sé el camino.  Me alientan a llegar a la meta pero mis pas...